Siempre resulta positivo para cualquier
industria o actividad profesional, el saber con antelación cuales van a ser las
tendencias y las preferencias de sus potenciales clientes para la próxima
temporada. En el sector turístico saber de antemano esa información es
prioritario y por eso se hacen costosos estudios analizando para ello numerosos
factores y datos. El objetivo es intentar saber, con tiempo suficiente, lo que
va a interesar a los futuros viajeros.
El detalle más destacado a tener en cuenta
para el año que acaba de comenzar, es que la tecnología no solo se ha
implantado definitivamente sino que, además, está cambiando los hábitos del
turista… Cada vez se planifica menos y se deciden ofertas y destinos a última
hora con la mayor y más actualizada información que pueden ofrecer las web y aplicaciones móviles que, en
tiempo récord, pueden organizar el viaje perfecto de forma fácil y cómoda para
el usuario. Además, ya casi nadie se aventura a contratar cualquier estancia o
servicio sin haber reunido todos los datos necesarios a través de internet e,
incluso, haber realizado una vista previa en realidad virtual… Cada vez más,
todo estará a golpe de móvil.
Por su parte, las redes sociales irán
aumentando su importancia como punto de encuentro de futuros turistas, con
usuarios que ya han hecho uso de los servicios de que se trate, dejándose
aconsejar de los comentarios y opiniones de éstos. Esta tendencia obliga al
sector turístico a mantener su calidad en todo momento y, también, a estar
presentes en esas mismas redes sociales, aportando transparencia y una
interacción positiva con los clientes, capaz de aportar una valiosa información
sobre gustos, preferencias y sugerencias para mejorar la oferta.
En cuanto al tipo de turismo que
continuará creciendo durante el 2018, está cogiendo mucho auge el conocido como
turismo de cultura pop, que es el que
tiene que ver con la peregrinación a aquellos lugares y escenarios en los que
se han rodado películas o series de televisión con grandes audiencias como, por
ejemplo, Juego de Tronos. En esta
modalidad podría encuadrarse también el turista que asiste a grandes eventos
deportivos… En esta ocasión, el Mundial de Fútbol de Rusia.
Otra variante que cada vez atrae a un
mayor número de viajeros es el llamado turismo
de salud, que consiste en buscar el descanso y la evasión en entornos
naturales de gran belleza, en los que poder realizar caminatas y excursiones,
disfrutar de un relajante spa o de
unas magníficas aguas termales, poder practicar algún tipo de deporte o
actividad, e incluso, recibir algún tratamiento de belleza o de
desintoxicación… Dentro de este apartado también se incluyen las visitas a
paisajes protegidos y parques naturales en los que el turista buscaría una especie
de reconciliación con el medio ambiente.
Siguiendo el sentido ascendente del pasado
año, están las conocidas escapadas,
ya sean de fin de semana o aprovechando algún puente, o, simplemente, eligiendo
algún festivo en el calendario para ir en familia a visitar algún parque
temático, o reservar una casa rural entre un grupo de amigos, buscando
principalmente la diversión con ambas experiencias.
Pero aprovechando que 2018 ha sido
declarado Año Europeo del Patrimonio
Cultural, resulta obligado apostar por el llamado turismo cultural que, si bien ha venido creciendo en los últimos
tiempos, se espera un aumento importante para los próximos meses. Hay que tener
en cuenta que, además visitar la población, monumentos, museos, asistir a
espectáculos, etc., el turista aficionado también busca el disfrutar con una
buena gastronomía y saborear los vinos, cervezas y licores, o cualquier tipo de
especialidad de la región a visitar.
Todo hace indicar que, continuando con la
tendencia del año anterior, 2018 será una buena campaña para la industria
turística. Pero también hay que ser conscientes que, en cualquier momento todo
puede cambiar… El turista, en general, busca tranquilidad y, sobre todo,
seguridad. Un atentado terrorista, un entorno más o menos hostil hacia el visitante,
un clima de inestabilidad política o, simplemente, una merma en la calidad de
los servicios y una subida injustificada de precios, pueden hacer que el
potencial viajero cambie de opinión y varíe en el último momento su destino
vacacional.
La importancia que la industria turística
tiene para el PIB de cualquier país (para España el 11,2% en el último
ejercicio), reclama un tratamiento especial por parte de autoridades y de
responsables de la Administración, pero también del esfuerzo y concienciación
del resto de la población… No en vano, en ello va una importante cantidad de
puestos de trabajo con el consiguiente desarrollo económico… Pero también está
juego la marca del país de que se
trate, algo tremendamente importante, aunque un poco más intangible y que tiene
que ver con el prestigio y capacidad para ocupar un buen lugar dentro de la comunidad
internacional.
Ángel Alonso
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