jueves, 22 de marzo de 2018

Lumilinna, el Castillo de Hielo de Kemi


Kemi es una ciudad industrial finlandesa, de tamaño medio, que se encuentra en el extremo norte del golfo de Botnia, justo en el vértice sudoccidental de Laponia, a escasa distancia de la frontera sueca. Kemi sería un lugar que apenas despertaría interés a no ser por dos experiencias turísticas: la posibilidad de poder realizar un crucero marítimo a bordo de un rompehielos y el poder visitar el Castillo de Hielo, el Lumilinna.



Desde noviembre hasta las primeras semanas de mayo, las aguas que bañan el suroeste de Laponia permanecen congeladas. Pero es durante los meses de febrero y marzo cuando las aguas del golfo de Botnia se muestran más uniformes y con una mayor densidad, frente a la costa de Kemi. Es durante esta época del año cuando se puede disfrutar con una excursión única e inenarrable, aunque muy cara, a bordo del Sampo, el único buque rompehielos ártico del mundo que admite pasajeros. Si podemos permitirnos los 360 euros que puede llegar a costar el pasaje, viviremos un recorrido inolvidable de unas cuatro horas, viendo al navío destrozar con su proa enormes témpanos de hielo. Además, los más atrevidos, que tengan más de doce años de edad y un mínimo de 145 centímetros de estatura, podrán zambullirse en el canal abierto por el propio barco, embutidos en un grueso traje de inmersión flotante. Su alto precio no es obstáculo para que, si queremos garantizar un pasaje, tengamos que efectuar la reserva con mucha antelación.

Pero si hay algo que ha conseguido proyectar la ciudad de Kemi al resto del mundo, eso ha sido su Castillo de Hielo. Todos los años, al llegar el mes de noviembre, los habitantes de Kemi se aprestan a levantar una enorme construcción de unos 13.500 metros cuadrados, hecha con unos 30.000 bloques del material que más abunda en el ártico cuando llega el invierno: el hielo. La tarea les ocupa casi dos meses, pero a finales de enero el resultado es espectacular: casi una ciudad de hielo dentro una muralla de 1.100 metros de longitud construida con el mismo material.


Fue en 1996 cuando los habitantes de esta ciudad de la Laponia finlandesa se decidieron a edificar todos los inviernos el Castillo de Hielo. La finalidad es la de afianzar una atractiva propuesta turística en una región en la que, no muy lejos de allí, en la ciudad de Rovaniemi, se puede conocer un poblado sami, cruzar la línea del Círculo Polar Ártico o saludar al mismísimo Papa Noel, visitando además sus instalaciones y fábrica de juguetes. 

Desde el exterior, el Castillo de Hielo resulta sorprendente por su magnitud y por su originalidad. Rápidamente se aprecia que es una construcción muy sólida para la que se han empleado más de 25.000 metros cúbicos de nieve artificial, procedente de agua de mar, para que el hielo sea más homogéneo y compacto. En la silueta de sus murallas están presentes los elementos comunes a cualquier castillo: almenas, torreones, etc. Pero la verdadera sorpresa está en su interior donde se ubican tiendas, salas de exposiciones, una galería de arte, salas de reuniones, un auditorio para conciertos, una capilla, una zona de recreo infantil, un bar, un restaurante, una sala de juego y un hotel con más de cuarenta habitaciones… Todo ello de hielo.


Se tiene la sensación de entrar en un mundo irreal, de ensueño y a la vez acogedor. En el interior de las instalaciones las paredes y techos son de hielo, las mesas y los asientos son de hielo, las camas y los demás muebles de las habitaciones son de hielo, las esculturas y toda la ornamentación también es de hielo… El entorno creado es una delicia para los sentidos y una oportunidad para dejarnos sorprender con algo diferente. Si los precios no nos han dejado congelados de antemano, unos 300 € la noche para dos personas, al final de nuestra estancia puede que hayamos echado en falta algo más de confort, pero les aseguro que habrán disfrutado y vivido una experiencia inolvidable. Les recomiendo que en el restaurante prueben la carne de reno y que, si les apetece, no dejen de tomarse un vodka, como no, en una tacita de hielo. 

Para la presente campaña 2018, el Castillo de Hielo se inauguró el 20 de enero y permanecerá abierto hasta el 14 de abril. Después el mar recuperará lo que es suyo y los habitantes de Kemi volverán a esperar hasta el próximo mes de noviembre para empezar a construir un nuevo Lumilinna, a ser posible, mejor que el del año anterior.

                                                                                                         Ángel Alonso 

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