“Nuestro patrimonio: donde el pasado se
encuentra con el futuro”. Este es el lema elegido para la celebración de una
serie de eventos e iniciativas, que se sucederán hasta el 31 de diciembre por
toda Europa y cuyo objetivo es que los ciudadanos se acerquen a su patrimonio
cultural y se comprometan activamente con él.
Dado su incuestionable valor educativo y
social, el patrimonio cultural no solo debe ser considerado un valioso legado
del pasado, sino también se trata de poner en valor un recurso imprescindible
para el futuro de los ciudadanos de la Unión Europea, teniendo en cuenta su
considerable potencial económico, así como también su gran dimensión en lo que
se refiere a cooperación internacional.
Se trata de fomentar el intercambio y la
valoración del patrimonio cultural de Europa como un recurso compartido,
sensibilizando acerca de la historia y los valores comunes, y reforzando un
sentimiento de pertenencia a un espacio común europeo. Se entiende que una
mejor comprensión y apreciación de un patrimonio cultural compartido por los ciudadanos
europeos contribuirá a consolidar el sentimiento de pertenencia a la Unión
Europea y además reforzará el diálogo intercultural.
Por todo ello, el Parlamento Europeo y el
Consejo de la Unión Europea aprobaron, el 17 de mayo de 2017, la Decisión por
la que se establece la declaración del Año Europeo del Patrimonio Cultural
2018. En este marco los distintos Estados Miembros promoverán un importante
número de iniciativas por todo el espacio común europeo, para tratar que los
ciudadanos se acerquen a su patrimonio cultural y se comprometan activamente
con él.
En España será la Secretaría de Estado de
Cultura la encargada de desarrollar unas cincuenta actividades, a lo largo del
año, tratando de visibilizar el patrimonio cultural español y su función para
la sociedad. Con sesenta y dos bienes inscritos en las listas de Patrimonio
Mundial de la UNESCO, España es el primer país de Europa con mayor número de
bienes declarados y el segundo país del mundo tras China.
El patrimonio cultural está en la identidad
y la vida cotidiana de la gente, formando parte de él no solo los pueblos y las
ciudades, los monumentos, los yacimientos y los tesoros arqueológicos, el arte
y la literatura… Sino también los paisajes, los diferentes idiomas, la
gastronomía, la biodiversidad, la música, la artesanía, las fiestas, las
tradiciones… En definitiva, patrimonio cultural es aquello cuyo valor es
universal para personas, comunidades y sociedades, y que, además de
disfrutarlo, merece el esfuerzo de preservarlo y transmitirlo a las
generaciones futuras.
Con la celebración del Año Europeo del
Patrimonio Cultural 2018, se busca abandonar la idea de considerarlo como algo
estático o del pasado y, por el contrario, se trata de resaltar su valor como
elemento de primer orden en la construcción del futuro europeo, descubriendo la
diversidad e iniciando un diálogo intercultural sobre lo que se tiene en común
y, con ello, avanzar en la consolidación del sentimiento de pertenencia a la
Unión Europea.
Para despertar la conciencia europea,
promover los valores de convivencia y colaborar en el diálogo intercultural, se
ha creado el Sello de Patrimonio Europeo, que busca materializar mediante el
patrimonio cultural el lema europeo de unidad en la diversidad.
Como oferta turística, el patrimonio
cultural es un reclamo de máxima importancia a la hora de seleccionar un
destino u otro y, ¿qué mejor ocasión que aprovechar las excelentes
oportunidades que, a lo largo de este 2018, ofrecerán los distintos países de
la Unión Europea?
Ángel
Alonso
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