jueves, 8 de marzo de 2018

Turismo de Aventura


¿Quién no ha soñado alguna vez con viajar a países remotos, adentrarse en parajes inmensos y misteriosos, visitar lugares perdidos o emular a antiguos exploradores? ¿Qué tal pasar unos “días de descanso” haciendo un poco de puénting en Nueva Zelanda, algo de rafting en el río Zambeze o una “relajante” inmersión con tiburones en Nueva Caledonia? ¿Y por qué no “desconectar” siguiendo los pasos de Marco Polo por la Ruta de la Seda, recorriendo el Camino del Inca, transitando por el desierto en una caravana de dromedarios o conviviendo con los nómadas de las estepas de Mongolia?


Sin duda cualquiera de las anteriores propuestas sería una manera intensa de vivir unos días de ocio… Es el llamado turismo de aventura, una modalidad vacacional que comenzó a comercializarse tímidamente hace tres décadas y que, actualmente, tiene un gran número de adeptos, constituyendo un interesante contrapunto al turismo convencional.

Los tiempos han cambiado y la floreciente cultura del ocio demanda nuevas propuestas en las que invertir el tiempo libre. “El no hacer nada” ya no es sinónimo de descanso y, en ocasiones, puede que la tregua en la actividad habitual pasa por una necesidad de ruptura y evasión con todo aquello que recuerde al modo de vida cotidiano…

Y es precisamente ahí donde radica la esencia misma del auge alcanzado por el llamado turismo de aventura. Una elección vacacional que se presenta como un excelente antídoto contra los posibles trastornos de una vida como la actual, tal vez demasiado urbanizada, ya que necesariamente implica el retorno a una naturaleza que se presenta como el gran escenario en donde vivir una experiencia diferente e inolvidable.

En definitiva, se trata de disfrutar de unos días integrándose en expediciones comerciales, cuyo fin es la realización de recorridos por países exóticos, con grandes bellezas naturales y alto interés paisajístico, ecológico, étnico, cultural o arqueológico… Además, la experiencia es más completa si existe la posibilidad de adentrarse en parajes remotos, utilizando medios de transporte, más o menos románticos, como caballos y canoas, u otros un poco más actualizados como bicicletas de montaña o vehículos todoterreno.

En cuanto a los destinos disponibles, la oferta es tan amplia que resulta casi imposible que el futuro turista no encuentre nada que le pueda interesar. Otra cosa es que los precios se adecúen a la disponibilidad económica del que está decidido a realizar el viaje soñado… Porque hoy en día, prácticamente, no hay nada que una buena agencia de viajes y una saneada cuenta corriente, no sean capaces de hacer realidad.

Destinos tradicionales como India y Nepal, con la Cordillera del Himalaya, continúan acaparando una gran cantidad de viajeros. También el sudeste asiático, junto con China y Mongolia, el variado abanico de los países surgidos de la extinta Unión Soviética y Siberia, completan la atractiva oferta del continente asiático… Pero también pueden resultar destinos muy seductores Australia, Nueva Zelanda y la Polinesia… La gran sabana y las selvas africanas… Egipto y Jordania… Estados Unidos y Canadá… Groenlandia, Islandia y el norte de Europa… Centroamérica y las islas del Caribe… La Antártida…

Pero si hubiera que destacar una parte del mundo especialmente “adaptada” para el llamado turismo de aventura, ese honor le corresponde a América del Sur… Sus infinitas bellezas naturales, la majestuosidad de la Cordillera de Los Andes, la inmensidad de la selva amazónica o el aislamiento y la dureza de la Patagonia y la Tierra del Fuego, junto con las riquezas culturales y étnicas, así como los innumerables conjuntos arqueológicos vestigios de antiguas civilizaciones, conforman un magnífico escenario en el que al viajero siempre se le ofrecerá la oportunidad de formar parte de interesantes expediciones y de vivir experiencias maravillosas, en parajes de ensueño, que nunca olvidará.

Consiste en cambiar, al menos alguna vez en la vida, el apartamento playero por recorrer las junglas de la India a lomos de elefante… Dejar de visitar monumentos en una hermosa ciudad europea para, tan solo en una ocasión, contemplar a los osos polares en libertad… Elegir una travesía a caballo por las Montañas Rocosas canadienses, en lugar de un parque temático… La oferta es muy amplia y siempre habrá un itinerario o una posible combinación capaz de atraer a los más exigentes.

El turismo de aventura ofrece unas vacaciones diferentes al alcance de cualquiera que se lo proponga, disponga de pasaporte en regla, se ponga las vacunas recomendadas, pueda costeárselo y, por supuesto, tenga espíritu de aventura y unas ganas enormes de pasarlo muy bien…

Ángel Alonso


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